La última página del diario Cadete femenino
3 junio 2011 | Por Redacción | Categoria: BaloncestoYa estamos en casa. Se acabó la vida de sueños que hemos pasado estos mañicos días y volvemos a la vida real, a las clases, el trabajo, los entrenamientos, las ligas donde solemos ser mejores o de los mejores. Pero mi corazón aún está al lado de la Pilarica y por eso os voy a relatar nuestras últimas horas de grandes vivencias.
Lo habíamos dejado en la cena del día más importante de nuestras vidas deportivas, el día en el que este equipo se hizo eterno para todos nosotros, debido a sus logros deportivos pero sobre todo debido a lo que nos hicieron disfrutar a todo el club. Tras la cena, buen y el cortado de cada noche, Albert estableció el turno de masaje en nuestra habitación y es que los cuerpos de nuestras jugadoras estaban muy cascados ya a esta alturas, que si la rodilla, que si los abductores, que si la espalada, que si el tobillo. En fin duro trabajo para el Albert.
Poco a poco el equipo iba llegando a nuestra habitación y vivimos un momento de esos de felicidad, de equipo, de pasarlo bien juntos, porque me puse a leerle vuestros comentarios durante el partido. Queríamos más y tuve que leerles la crónica hasta ese momento. Y luego la capi, lista como es ella, nos leyó un texto de la web de la Federación Española de Baloncesto, en el que se narraba nuestro épico partido contra Estudiantes: “El ASEFA Estudiantes lidera el Grupo B en el que las matemáticas dan opciones a casi todos. Las estudiantiles se mantienen invictas tras deshacerse del San Agustín Bahía por 65 a 55. Las de Pedro José Gordo se recuperaron de un mal inicio y tras un parcial de 11-0 se colocaron 35-37 en los primeros minutos del tercer cuarto. Todo parecía llevar a un final de infarto pero las colegiales encadenaron un 9-0 en los últimos minutos del choque que decidía para las madrileñas”. Como véis somos famosos y ahora ya no sólo en la isla.
Se nos hizo un poco tarde con la tertulia y tras hablar sobre el siguiente reto, los octavos de final, nos fuimos a la cama, bueno o eso tocaba en principio. Albert, Jordi hijo y un servidor decidimos ir a por otra inyección de cortado pero no encontramos nada abierto y como el cansancio nos vencía decidimos irnos a descansar. Sabéis que a mi las noches de antes de los partidos me cuesta conciliar el sueño y el hotel era un verdadero revoltijo de equipos eliminados que corrían por los pasillos. Las nuestras no, porque son buenas chicas y sabían que tenían que dar la talla el día siguiente. Y todo ello a pesar de que “Miguelet” (el josefino) tenía mono telefónico y no dejaba de llamar a las habitaciones de las nuestras, que por supuesto le daban calabazas, alas que yo uní unas tortitas a la mañana siguiente.
Sólo hubo un pequeño problema, y es que un par de nuestras jugadoras se confundieron de habitación y se metieron en la de otras dos de las nuestras que a grandes voces y siguiendo el ritmo de la tele “las querían sacar de allí”. Como no podían, tuve que ir yo a ayudarles y por supuesto como estoy imparable, saqué a las cuatro. No sabían donde estaban ni para qué, osea que las tuve que hacer reflexionar sentadas o tumbadas en el pasillo y para que la reflexión fuese más profunda las separé 25 metros a cada una. Cuando hubieron reflexionado marcharon a la cama, supongo, pero no pongo la mano en el fuego, porque como Miguelet ya no tocaba los…… números del teléfono yo caí en un profundo sueño mientras seguía escuchando a Roncero. Curioso lo de Punto Pelota. Cada noche Albert y yo acudíamos a la llamada de Morfeo mientras estaba en acción Punto Pelota y tras una noche de tele actividad nos levantábamos por la mañana de nuevo con Roncero en la repetición del programa.
Había llegado el final y tras levantarnos y desayunar, algunos por segunda vez porque ya habíamos dado buena cuenta de los churros con chocolate, fuimos a recoger nuestros enseres, los picnis y a pagar el hotel. Nueva dificultad, mi tarjeta no funcionaba. Ya me veía en la cárcel. Bueno no era mal plan, teniendo en cuenta que hoy había clase. Al fin y a través de Internet pude salvar mi cabeza. Y con ello partir hacia el partido, donde nos esperaban las catalanas, como diría Alfredo un poco cagalanas. Pero los que nos cagamos un poco fuimos nosotros cuando vimos el partido anterior, Canoe de Madrid contra Sarriá de Cataluña. Esto ya era otro baloncesto, que no está a nuestro alcance. Y sin embargo ahí estábamos nosotros, buffff.
Era la hora del granizado de cortado de antes de los partidos, que era lo mejor del polideportivo. Las chicas se apretaban las deportivas, había que estar dispuestas a darlo todo. Era el último partido de este equipo y lo sabíamos. Por eso queríamos dejar el pabellón bien alto. En el pabellón se hacían apuestas: ¿cuánto le aguantaran al Mataró? La gente aún alucinaba de nuestro partido frente a Estudiantes. Pero hoy las fuerzas ya no eran tantas, mejor dicho eran mínimas.
Jordi envistió al entrenador mataroriense para que tuviese un poco de piedad. Y él le confirmó que estaban un poco cagalanes y que firmaban ganar de un punto. Claro que nosotros hubíesemos firmado perder por veinte.
El partido comenzó. Pusimos todo en la pista, incluso a Rocío con esguince, Aina fastidiada de la cadera, Laura con las rodillas sangrando (pero es del Molinar), Maria En con su asma y por supuesto la decatleta Rous. El partido empezó como el de Estudiantes, buff, no las veíamos pasar. Movían el balón a tal velocidad que no podíamos llegar de un lado a otro y además nos controlaban el rebote en las dos canastas. Vamos que no había nada que hacer. Mataró campeón de Cataluña, con cinco jugadoras de la selección catalana y dos de ellas en la Selección española. Pero allí estábamos nosotros que tras un inicio titubeante empezamos a dar otro recital de lucha, garra, agresividad (definición del entrenador de Mataró), de rapidez de manos (definición del entrenador del Estudiantes) y el primer cuarto terminó lleno de ilusión y orgullo para nosotros pues sólo perdíamos por dos puntos.
Fue un grabe error cabrear a la fiera. A partir de ese momento nos pasaron por encima. No bajamos los brazos en ningún momento, pero nuestras piernas ya no respondían a la llamada de nuestras ganas de hacerlo bien. La diferencia subía y subía, cada vez parecían más grandes y nosotros más pequeños. Y pasó lo que tenía que pasar, que nos ganaron con facilidad, pero que nosotros nos fuimos de la competición llenos de orgullo, contentos por el trabajo realizado y como no por el resultado obtenido. El resumen de la web de la española fue: “Victoria sin paliativos del Mataró sobre el San Agustín. El Bahía saltó a la pista sin complejos, tuteándole al conjunto catalán. El hachazo llegó en los inicios del segundo asalto cuando un parcial de 14-0 marcaba el signo de un partido que a partir de ese momento tuvo claro color de las pupilas de César Aneas. El 106 de valoración del Mataró por el 3 que valoró el San Agustín es una muestra clara de la superioridad de las primeras”.
El representante de la federación española nos dio las medallas por haber estado aquí y nos felicitó a nosotros y a nuestra afición por lo que habíamos aportado al campeonato, por lo que el club quedó muy alto, aunque un poco desubicado porque nos colocan en una localidad llamada Bahía, que debe ser algo así como el centro comercial fantasma del día anterior.
Y ahora vuelta al hotel. En los coches el silencio era cortante, sólo roto por los sollozos de la tristeza que cada año da el acabar con un equipo y más después de vivir cosas tan grandes juntos. En nuestro hotel nos esperaba el autobús que nos llevaría al aeropuerto. Fueron diez minutos de viaje para llegar a uno de esos aeropuertos que me gustan, con cinco vuelos al día, con una sala, donde la misma persona están en el mostrador de facturación, en la puerta de embarque y creo que hasta era el piloto. Esto último no se le debía dar demasiado bien porque el avión se movía más que el balón en mano de las jugadoras del Mataró.
Los padres no llegaban y estábamos ya embarcando por lo que tuvimos que hacer el paripé, o sea perder tiempo para que ellos aparecieran, que si a Rous se le cae el DNI, que si Laurita no lo encuentra, que si Berguis tiene que ir al tocador, que si Bea no espabila… Al fin aparecieron y todo subimos tras caminar por la pista (normal por el mínimo tráfico aéreo que hay).
Llegados a Palma descubrimos que el chaparrón que nos había caído en la ciudad maña, ahora se encontraba aquí. Pienso que nuestras chicas que son muy cantarinas, habían tenido algo que ver en el traslado. Recogimos los equipajes y en fila salimos para recibir los calurosos aplausos y abrazos de la gente que nos esperaba. Que bonito volver a casa y encontrarte con los seres queridos.
Y llegó el final. El último grito, todos unidos. Se acabó este equipo, que ya durará para siempre en nuestros corazones y nos sentiremos orgullosos de haber pertenecido a él. Un, dos, tres Bahía San Agustín.
Sólo me queda agradecer muchas cosas a todos. En primer lugar a Miguel Ángel Canet, que se empeñó en que era la persona apropiada para estar ahí, aunque todo estaba en contra. Gracias a los padres porque han sido un ejemplo de animación a sus hijas y lo que es más importante a las de los demás. Gracias en especial a Jordi que ha transmitido siempre su optimismo y que ha luchado como el que más para que esto saliese bien. Gracias a Albert y Jordi hijo por compartir conmigo esta experiencia inolvidable. Gracias a todos los entrenadores del club que siempre nos han apoyado, a mi especialmente, y a los jugadores de los demás equipos que nos han llevado en volandas en los momentos importantes de la temporada.
Gracias al presi por apostar siempre en mi contra para motivarme a ganarle la apuesta y así superarme y por el gran gasto en mensajes para las niñas que ha hecho en estos días. Gracias a los cibernautas que han sido una motivación extra para realizar nuestro trabajo ya que sabíamos que aunque no estaban en la grada estaban empujando para llevarnos a la victoria.
Gracias a Marina, porque cuando no había manera de encontrar una delegada, ella aceptó y ha hecho su papel con dignidad, aunque con los despistes propios de su personalidad.
Gracias a Nando porque ha dado un aire fresco al equipo que nos ha hecho unirnos más y tener más motivos por los que luchar. Con él se puede ganar o no pero siempre se da, digo que se da todo. Seguro que hará un gran papel con las minis.
Gracias a Laurita porque alguien tan dulce es siempre necesaria en un equipo. Consciente como la que más de sus limitaciones ha sabido sacrificarse y saber cual era su papel en el equipo ayudando a las compañeras a superar los malos momentos.
Gracias a Berguis que ha trabajado como la que más para jugar como la que menos y todo porque ha comprendido perfectamente que lo importante es el equipo y que hay que sacrificarlo todo por el bien del equipo.
Gracias a Ainhoa porque se que te gusta esto tanto como a mi y que lo sacrifica todo por el baloncesto. Espero que supere sus problemas físicos para ser muy importante la próxima temporada.
Gracias a Laura porque es una gran trabajadora, porque ha conseguido ir superando sus desánimos para volver a intentarlo y ser una jugadora que siempre aporta porque lo deja todo defendiendo (como ves no sólo quiero a las de primer año).
Gracias a Maria En, porque ha perfeccionado la saga de los Olalla (no te enfades Nerea) y porque es una jugadora que lo tiene casi todo para triunfar al menos en Baleares (y el del Estudiantes diría más).
Gracias a Ester, porque se que esta temporada lo has tomado con más ganas que nunca aunque se que has hecho más méritos que los resultados personales conseguidos. El deporte es justo y a quien trabaja lo acaba premiando.
Gracias a Hiuguet por superar todos los momentos en los que no nos hemos entendido y comprender que el equipo está por encima incluso hasta del entrenador y sobretodo si como en este caso aprecia las cualidades que tienes que son muchas.
Gracias a Aida que aunque no tenga una mentalidad tan competitiva como la mía ha ido dando pasos hacia delante y se ha convertido en el comodín del equipo. Tienes unas grandes cualidades y sólo falta que venzas tu miedo a mostrarlas.
Gracias a Rosa. Supongo que es la jugadora que todo entrenador quiere tener y la capitana que necesita todo equipo. Un ejemplo de superarse siempre, de exigirse siempre.
Gracias a Silvia, porque los últimos meses has vuelto a ser la jugadora que vimos en infantiles, que hace un trabajo silencioso pero muy útil para el equipo. Ahora que has arrancado, ya no te pares.
Gracias a Marta porque ha superado todos los miedos iniciales y se ha dado cuenta que dando al equipo aquellas cosas que ella es capaz de hacer y no comparándose con nadie es capaz de ser una jugadora útil, y lo que es muy importante, valiente.
Gracias a Inmi, porque ha sido un ejemplo de modestia y ha trabajado siempre con ganas por lo que ha ayudado a sus compañeras a ser un poquito mejores cada día.
Gracias a Bea, porque además de soportar el espabila bea, el va Bea y el tren que pasaba, ha asumido su rol en el equipo muy distinto al que ella estaba acostumbrada a realizar y seguro que eso le dará resultados la próxima temporada.
Gracias a Rocío, porque ha hecho una progresión espectacular y aunque vino para ser importante la próxima campaña, terminó siendo un pilar básico esta temporada.
Y con esto se acabó todo. Espero que sigáis siendo muy felices jugando a Baloncesto. Y que sepáis que aquí os queda para siempre una persona que os admira.
Llegó la hora de despertar del sueño.
Informa: Deporte Balear fuente: bahiasanagustin
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