Deporte Balear

Queridos bloggeros. A continuación os vamos a contar un hecho que, a buen seguro, va a dar mucho que hablar. Todo ocurre durante el encuentro que disputaron la pasada jornada el Eivissa CF y el Puig d’en Valls (0-3) en Can Misses. Uno de los jugadores del conjunto de Vicente Román, Fisher, ve el partido desde la grada del estadio. Ni está convocado, ni está en el banquillo. Repetimos, se encuentra en el graderío apoyando a sus compañeros. Hasta ahí, todo normal. Pero ahora viene lo anormal.

En el acta del encuentro (la podeis ver en la página web de la Federación), el citado futbolista aparece como suplente con el dorsal número 4. Por cierto, Gabriel Rodríguez, futbolista que se lesionó a principios de temporada y que todavía no ha vuelto a pisar un terreno de juego, también está en la lista que el bloque visitante entrega al colegiado, Julián Córdoba. Seguimos.
Si observamos el apartado de las tarjetas, Fisher aparece como amonestado en el minuto 45 con una amarilla. Fisher no juega ese partido. Fisher está en la grada. ¿Cómo es posible que un colegiado amoneste a alguien del público?
En los mentideros del fútbol insular se cuenta que el jugador del Puig d’en Valls, que en el partido ante el Atlético Isleño vio la cuarta amarilla y no acabó el encuentro al lesionarse, de alguna manera ha buscado, con la teórica ayuda de su club, la quinta amarilla para «limpiarse» aprovechando que está entre algodones. El partido de sanción que le corresponde es el de esta jornada, ante el Portmany.
Todo esto que os contamos es lo que se oye en la calle.
Las preguntas que os formulamos son las siguientes: ¿Cómo es posible que se presenten dos fichas de dos futbolistas que ni siquiera están en el campo? ¿Cómo puede un colegiado amonestar a un jugador que está en la grada viendo el partido? ¿Se amañan las actas de la Liga Interpueblos?