Deporte Balear

Pedro Ortega, presidente del Eivissa, se verá la tarde del lunes con Miquel Bestard, presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears. El encuentro será en Madrid y en el mismo, el dirigente expondrá al federativo las alternativas para mantener con vida a un club con respiración asistida, al que la afición ha dado la extrema unción y al que no le adivina posibilidad alguna de capacidad regenarativa como si de un ave fénix se tratase. A no ser que Ortega saque un conejo de la chistera, después de que el conejo Stina no tenga madriguera ibicenca en la que meterse.

Pocos argumentos puede llevar Ortega a su encuentro con Bestard para lograr el beneplácito federativo. A la federación le adeuda el Eivisas 96.000€ y el organismo balear ha pagado un importante porcentaje de la deuda que el club tiene con la RFEF, sin que el Eivissa amortizase ese pago adelantado por Bestard.
El Eivissa arrastra una deuda de un millón de euros, no tiene equipo ni jugadores, carece de cuerpo técnico, la masa social le ha dado la espalda y está huérfano de cualquier tipo de respaldo económico, público y privado.
Los directivos, que tenían a gala serlo, han desaparecido del club desde hace meses. Los empleados están a la espera de abandonar la entidad que no les paga desde hace meses y buscar nuevos horizontes.
Con estos deficits, pedir árnica es pedir un milagro.

Ortega desoyó los informes económicos
Hace poco más de un año, el 27 de julio de 2008, los técnicos del club, elaboraron un vasto informe que concluía en que el Eivissa no podía soportar el régimen de gastos previstos porque no era capaz de generar los ingresos para equlibrar la balanza. Los técnicos advirtieron en esa fecha al presidente de que la quiebra económica era insalvable de seguir en la línea trazada y presupuestada. Ortega hizo oidos sordos y siguió en lo que se ha convertido en una huida hacia adelante y va a terminar en un viaje a ninguna parte.
Acababa de concluir la Liga 20808-09, el equipo había hecho una brillante temporada y luchado por hacere con una de las plazas de play-off de ascenso a Segunda B hasta las últimas jornadas. Se hicieron fichajes de relumbrón y se redactaron contratos millonarios a espaldas de los tecnócratas.
La economíacomenzaba a desequilibrarse de forma peligrosa y sin remedio. Irremediablemente porque el incremento de socios de una temporada a otra fue muy por debajo de lo esperado, porque el club tuvo que rebajar las cuotas y porque los resultados adversos de las primeras jornadas de la Liga 2008-09 redujeron gradual y notablemente la afluencia de espectadores en las gradas.
El club comenzó a desangrarse en cuanto el balón echó a rodar. En diciembre los jugadores dejaron de cobrar regularmente y luego vino un plan de viabilidad, evidentemente inviable, dos descensos en dos meses y un 10 de agosto en el que no se sabe si el equipo va a ser capaz siquiera de participar, que no competir, en la insular más doméstica.
Hace ahora un año, el Eivissa tenía un plan para ascender a Primera División en cinco años. Ahora se desconoce si hay una posibilidad de seguir existiendo la próxima semana, aunque sea en Regional.

Juanjo F. de Oviedo

FUTBOL PITIUSO

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